La "nueva" realidad provocada por el(la) Covid-19 nos tiene abocados a una situación de velocidad infinita....en contraste con la nueva rutina que se desenvuelve a cámara lenta.
Los cambios van deprisa. Nos hemos acostumbrado a llevar mascarilla. Nos hemos amoldado a tener que guardar cola para entrar en los establecimientos. Nos hemos resignado a NO participar en eventos multitudinarios, ni reuniones familiares o de amigos...¡¡ ni siquiera a abrazarnos o saludarnos con un gesto tan sencillo como darnos la mano o 2 besos en las presentaciones!!
Modificaciones producidas a la velocidad de la luz
Y mientras estos nuevos hábitos que parecían ciencia ficción se acoplan a nuestras vidas de manera vertiginosa, nuestras nuevas acciones diarias parecen estar a ralentí: Hemos admitido esperas que antes nos desesperaban. Hemos aceptado estar mas tiempo en casa. Hemos asumido hacer las gestiones administrativas con citas previas interminables. Hemos aprendido a "esperar"...
Es como si realmente esté pasando por delante de nosotros una película de la que sólo queremos ser espectadores...y tenemos que comprender y aceptar que somos artistas principales.
Y adaptarnos al guión en beneficio de todos, para confiar que sin deslices en la interpretación, este film tenga un final feliz.
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