Y la noté agobiada y triste.
Y tiempo atrás otra amistad sufrió diariamente un ambiente hostil en su oficina por culpa de algunos compañeros de trabajo, que más que facilitar las relaciones profesionales ( y personales), enrarecieron el ambiente laboral convirtiendo cada día...en "noche".
Y ayer, conversando con una persona que hacia mucho tiempo que no veía, le pregunté por su vida en otra ciudad, su día a día, sus sueños...y torciendo el gesto, su respuesta fue tajante: "harto" del trabajo - en el hospital -. Pero - precisó- no por su profesión de doctor y su relación con los pacientes, sino por la "guerra" desatada entre compañeros de trabajo que hacían ingobernable las relaciones interpersonales entre ellos.
Y le pregunté con absoluta claridad: ¿ acudes diariamente enfadado al trabajo?
Su respuesta fue igual de clara y con una sonrisa de contrariedad en su rostro porque tal vez no se lo había planteado hasta ayer: "Sí, y a la defensiva desde que entro hasta que salgo".
Me hizo pensar una vez más qué extraño ( y habitual) que las relaciones laborales estén enrarecidas y la gente vaya a trabajar "enfadada",
cuántas relaciones personales están pervertidas en un ambiente en el que estamos tantas horas como en nuestros domicilios
cuánto desgaste emocional en las pequeñas batallas que se libran y donde nunca hay un vencedor
Piensa y analiza tu realidad profesional ( si tienes la fortuna de tener realidad laboral)
Tal vez debieran cruzarse y rotarse las profesiones de manera permanente para convertir las luchas en acuerdos.
O tal vez, simplemente, debiéramos profundizar en qué cambiar para ser felices.
¿ Cuál es tu situación?
Enfoca, busca...y analiza